Ayer leí un artículo publicado en El Mundo titulado “El pinchazo del pop en España” firmado
por el periodista musical Pablo Gil. De principio no me ha llamado la atención
pues en él se describe una realidad palpable para los que trabajamos durante
años en el mundo de la música; sin embargo, como siempre, veo que lo expuesto
queda a medias tintas, pues se centra en el pop más mediático, cosa que hace
que volvamos a valorar únicamente una ínfima parte de la labor de lo que es un
artista en su máxima expresión, pues la realidad que expone es extensible no
sólo a los consabidos y medio consagrados músicos del pop español con nombre
propio sino –y en mayor medida – a todos los artistas y músicos anónimos
(anónimos porque simplemente no están en los canales de la industria musical
predominante) y que ejercen su profesión en multitud de espacios.
Lo expuesto es tan simple (por decir algo obvio, repito,
sabido hace tiempo) como el impago de ayuntamientos de los cachés de artistas y
el fin de las vacas gordas en cuestión de contratación. Incluso se vuelve a
poner a la palestra la piratería con la eterna queja que si de aquí a unos años
ésta ha perjudicado la venta de discos ahora se suma la falta de contrataciones
de conciertos en directo, y las pocas que hay sufren el retraso de pago. No sé
si se está hablando exactamente de la mala situación de la industria musical o
de la mala situación de los músicos… ¿es lo mismo, realmente? Si hablamos de
descenso de ventas de discos no lo creo. En ese caso se debe relacionar con la
industria musical, pues el artista poco se lleva de las ventas de CD’s. Y
aunque fuera lo contrario, me pregunto si ser músico es esperar a vender muchos
discos. Y parece que es así, y de ahí su queja, pues la gallina de los huevos
de oro ya no da más, al igual que esa otra gallina que otorgaba unos cachés
astronómicos a los artistas citados en el artículo (que a mí y otros músicos
pienso que no me representan) y ahora resulta que tienen que bajar cachés.
¿Será que tienen que establecer cachés algo más lógicos, por decirlo de alguna
manera? Porque como muchas cosas en la sociedad actual, el pastel se lo
repartían unos pocos, pues el músico no mediático que buscaba una contratación
se encontraba con la respuesta por parte de la institución de que no tenían
presupuesto; claro, se lo habían gastado todo en Bisbales y demás…así que sin quererlo del todo esa industria
musical cuyos objetivos era vender discos y luego vender caros conciertos de
sus artistas quitaban trabajo a la mayoría de músicos no mediáticos (por cierto
que dentro de la industria se daba el caso de que agencias de management abrían
sus departamentos discográficos y discográficas abrían sus departamentos de
management).
¿De quien era y es la culpa de esa situación? Pues a mi modo
de ver, de todos los que participaban en esa especie de burbuja musical bien
repartida. Desde el ayuntamiento que aceptaba pagar una cifra astronómica por
un concierto de un famoso (le daba rédito político) pasando por los medios de
comunicación que se dedican en sus secciones de ¿música y cultura? a reflejar una realidad interesada
de la industria musical.
En defintiva, que hecho bastante de menos que se hable de la
verdadera situación del músico, no de los Alejandro’s
Sanzs, Pereza’s, Ana’s Torroja’s, sino del músico en toda su extensión, en
el significado intrínseco de su profesión, desde el que toca en un centro
cultural o teatro de 200 butacas con un proyecto propio, hasta el que toca en
restaurantes o locales. Porque ese músico “anónimo” también padece – y mucho
más – los impagos de las administraciones, el ninguneo y la moda de pagar para
tocar de locales listillos que a cambio de “promoción” ofrecen sus espacios en
alquiler o con una mísera taquilla. Nos estamos olvidando de la base y es desde
ahí desde donde se deben comenzar a arreglar las cosas y no por los altos
vuelos.
5 comentarios:
Excelente análisis! Me gusta eso de la burbuja musical. Leí el artículo de El Mundo (por cierto estuvo entre los más leídos un par de días) y coincido contigo en que se centraba más en el mainstream, que ojo, supongo que también estarán sufirendo la situación, pero como siempre el débil es el que más pierde. El músico modesto, 'currante', sencillo...
Gracias Manu, me alegro que compartas y coincidamos, porque en realidad hay una inmensa "minoria" que pensamos así y no hay que dejar de exponerlo, desde al público llano al más experto.
Leído
Felicidades por el post. Lo primero que tenemos que hacer los músicos es hablar claro. La sociedad tiene que entender que somos un colectivo mucho más grande de lo que puedan pensar y que aportamos valor a la sociedad. Impulsamos proyectos, impartimos clases, gestionamos...
Te invito a visitar mi blog http://www.labrujuladelcanto.blogspot.com
en el que en el apartado de reflexión podrás ver post sobre el valor de la cultura, etc..
Gracias Isabel por tu comentario. Creo efectivamente que somos una mayoría cuya labor está silenciada u omitida por los medios de comunicación e instituciones. Prima lo mediático, el ser nº1 cuando el trabajo de fondo que hace cualquier artista es primordial para la cultura creativa. Seguiré tu blog y espero que sigas el mío también.
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