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martes, 7 de diciembre de 2010


RECORDANDO A LENNON

Escribir sobre John Lennon es difícil, sobre todo si se quiere evitar caer en los convencionalismos comerciales, frases de elogio hechas y aplicables a cualquier artista que destaque mínimamente o bien dejarse llevar por las garras del marketing discográfico. Este 8 de diciembre se cumplen 30 años de la lamentable desaparición de John Lennon (no pienso hacer publicidad del desalmado que apretó el gatillo). Nos hacemos mayores al estar marcados por esa moda de efemérides que va contando el tiempo y recordando muertes y nacimientos.

El paso del tiempo, la perspectiva temporal, en muchas ocasiones facilita valorizar un movimiento cultural o un personaje de una manera mucho más histórica, por una parte, con sus consiguiente metodología y análisis y por otra apreciar el legado de ese movimiento o personaje. En el caso de Lennon, aún siendo considerado un gran músico en vida, se amplia esa percepción al repasar su producción musical y su proyección humana en la sociedad en la que vivió, por extensión la nuestra también. Como otros muchos artistas su muerte prematura nos deja un legado de su actividad e influencia social que podríamos tildar como inacabado, aún teniendo un gran potencial su campaña por la paz a principios de los 70, su activismo político en el momento que se instaló en EEUU, etc, el hecho de que hubo un punto de inflexión en su retiro voluntario de 5 años (1975 – 1980) y que a su vuelta fuera asesinado nos da un resultado inconcluso que también sucede con su producción artística – musical.

Surge entonces el sano egoísmo del fan, del oyente, del crítico musical…, en torno a lo que podría haber hecho Lennon en estos próximos años musicalmente hablando e incluso socialmente. Resulta ocioso preguntarse que hubiera pasado: ¿una hipotética reunión de los Beatles ¿nuevas y grandes canciones?, una vuelta al protestantismo social y político como única arma la música y la palabra? (seguramente le hubiera montado un buen pitote a muchos políticos actuales). Es muy probable que todo eso hubiera sucedido y más. Pero se ha visto sustituido por la explotación discográfica de su música e imagen. Qué se le va hacer, es la sociedad en la que vivimos.

A modo de utopía habría que hacer un esfuerzo, en contra de esa sociedad, para recordar a un Lennon, que no era ni Dios, ni Jesucristo, aunque en algún momento se dijo ser más famoso que él. Simplemente era un humano artista, con una gran sensibilidad para escribir grandes y sentidas canciones, con unos grandes defectos personales, como todo el mundo, pero que se le hecha de menos, sobre todo si echamos una mirada las llamadas listas de éxito actuales y a la autenticidad del protestantismo social (a Lennon no le hacía falta publicidad). Lennon, aunque dijo en una ocasión que a veces le gustaría haber sido un puto pescador, lo único que sabía hacer era escribir canciones y plasmar en ellas sus sentimientos, algo que escasea también en la actualidad. Y lo bueno que con ello se divertía y ganaba dinero. Por lo tanto, recordemos a ese Lennon músico, artista y humorista que nos alegraba los días hasta llegar a décadas. Recordemos al Lennon humano artista.

Durante esta semana de su aniversario de su fallecimiento, The Pop Art trío (www.myspace.com/thepopartrio) realizará 2 sentidos conciertos tributo en homenaje a su figura musical.

8 de diciembre 2010 Teatro Echegaray de Málaga a las 21h

11 de diciembre 2010 Teatro Jacinto Benavente de Galapagar (Madrid) a las 20h

http://www.telentrada.com/Telentrada/Espectaculos/Musica/Espectaculo+Recordando+a+Lennon

1 comentario:

Marga Casaus dijo...

Inolvidable John Lennon. Es muy apropiado recordar su dimensión humana y despojarle de las alturas del icono, al menos por una vez :-)